Publicado el 31 de agosto de 2023 por Robert Weldon, GIA GG

La IA llegó para quedarse, trayendo consigo aspectos positivos y negativos, e impulsando la necesidad de normas y regulaciones basadas en principios básicos.

Hoy en día es difícil saber si una voz grabada que escuchamos es real, si una pieza que leemos está escrita por un ser humano o si una imagen que vemos es generada por inteligencia artificial. Si bien la tecnología ha estado con nosotros por un tiempo, finalmente es “lo suficientemente buena” para engañar a los expertos. Me incluyo aquí, particularmente en el lado fotográfico.

Tome Adobe Photoshop. Puedes deshacerte del polvo en una imagen. Puedes presionar para obtener una puesta de sol más anaranjada. Puedes embellecer un poquito el color de una hermosa flor, como lo haría un artista. Esa tecnología, que cambia digitalmente una imagen, lleva 30 años con nosotros. Recuerdo haber comprado la primera versión de Photoshop y recibir instrucciones sobre cómo clonar un cangrejo en la arena. Suena pintoresco ahora, pero entonces parecía pura magia. Sin embargo, incluso entonces había algo un poco espeluznante en agregar cosas a una imagen que antes no existían allí. Había algo mal en eso entonces, pero era difícil de expresar, y las ramificaciones de lo que significaba no estaban claras todavía. Hoy en día, sigo creyendo que es fundamental representar algo tan fielmente como parece a nuestros ojos y esforzarnos con cada gramo de nuestro ser por decir la verdad.

Selección de pines de ópalo victoriano. ¿Son reales o virtuales?

¿Hay algún margen de maniobra? A lo largo del tiempo, los fotógrafos han buscado una manera de estirar la verdad por razones que podrían describirse como licencia artística. O (y este es un gran o) han modificado la verdad con fines engañosos. Se podría argumentar que los fotógrafos en un estudio regularmente han esquivado y quemado imágenes para crear más dramatismo y contraste o han creado exposiciones dobles para lograr un efecto espiritual o incluso impactante. En la década de 1960, Jerry Uelsmann era un maestro en la creación de imágenes sobrenaturales.

Incluso los fotógrafos clásicos como Ansel Adams utilizaron técnicas especiales para procesar películas para obtener efectos especiales o luego hicieron ciertos ajustes selectivos en el estudio para generar «mejores imágenes». Moonrise Over Hernandez, una de las mejores películas de Adams, es un ejemplo de ello.